lunes, 26 de septiembre de 2016

El nombre de las calles

A los demócratas de segunda generación (#demo2.0) les ha dado por el revanchismo histórico, cuyo principal ariete es la llamada "Ley de Memoria histórica". Con ella se pretende adecuar la Historia al deseo y no a la realidad.

Es una pretensión antigua.

Una de las manifestaciones de este voluntarismo es el cambio del nombre de las calles. En un momento insomne de la pasada madrugada me ha venido al pensamiento la siguiente reflexión: los pueblos en expansión dan nombre a lo que no lo tenía, porque lo descubre, lo inventa o lo construye. Cuando un pueblo tiene que sustituir los nombres de las calles para poner nombres nuevos, es que ya no descubre, inventa ni construye gran cosa.

Así de mal veo yo a mi atribulado país. O mejor dicho, para no ser tan pesimista; así de necesitado le veo de un ideal.