jueves, 13 de noviembre de 2008

Pobrecito Luis

Pobre Luis García Montero, el poeta, el profesor, el mártir de la verdad. Por dar la cara en defensa de la ortodoxia, del dogma, por salir con justa ira para restituir el honor ultrajado de un santo, ha sido condenado a pagar una multa y a indemnizar a un blasfemo, a un don nadie que sólo busca protagonismo.

Pobrecito Luis, víctima de un poder omnímodo que tiene secuestrada la cultura patria y de una casta de jueces anclados en el pasado que tiene secuestrada la Justicia. Mírenlo ahí, solo, cual Juana de Arco en la hoguera, sufriendo en soledad su condena, arropado únicamente por unos pocos fieles de la iglesia culta, brillante y moderna; atendido por unos pocos medios de información verdaderamente independientes.

¿Cómo va a poder seguir enseñando en una Universidad en la que se puede blasfemar impunemente del santo de su mismo apellido? ¿Cómo no ceder al desánimo en un país en el que no se puede insultar públicamente en el diario de mayor tirada al hereje sin ser aplaudido? ¡Claro que es como para marcharse! Para marcharse y para no volver.

Pero no se apuren, viejas beatas que suspiran poemas en la tranquilidad de los ateneos: nuestro héroe volverá, incluso me atrevo a decir que ni siquiera se marchará, que responderá a nuestros humildes y afligidos ruegos, y lejos de desampararnos, seguirá protegiéndonos con su pluma flamígera y su lengua de doble filo de los poderes infernales.

¡Vade retro, Fortes y las obras del mal!

lunes, 10 de noviembre de 2008

Diferencias de apreciación

Me ha llamado la atención al leer la prensa de hoy. Como era de esperar, la muerte de dos soldados españoles en la guerra de Afganistán acapara portadas y primeras páginas, con despliegue informativo, infográfico, fotográfico, despieces y editorial.

Hasta aquí, normal.

Hasta que en uno de los diarios leo en la página 32, en la sección de sociedad, quince líneas a una columna, que durante el fin de semana han muerto 27 personas en las carreteras españolas. 27 pacíficos ciudadanos de a pie, en la pacífica tierra nuestra.

Un aspecto de la famosa distinción entre la realidad pública y la realidad publicada.

Con el dolor a cuestas

Josep Baselga, Jefe del servicio de oncología del Hospital Vall dHebrón de Barcelona, sabrá mucho de cánceres, no lo dudo; pero de dignidad anda cojo. Ha dicho: Se considera que el dolor dignifica. Yo creo que es inhumano, resta dignidad y te deja indefenso.

Hasta ahora, tenía entendido que la dignidad se tiene, toda, siempre, ni aumenta ni disminuye, por cuanto es inherente al ser personal. Por tanto, el dolor no dignifica, como tampoco resta dignidad, sino que, correctamente afrontado, manifiesta de modo sobresaliente la dignidad del que lo padece y del que lo socorre.

Hasta ahora, tenía entendido que el dolor es de lo más humano, no hay hombre o mujer que no lo sienta tantas veces a lo largo de la vida; y pensaba que en muchas ocasiones el dolor hacía más fuertes, mucho más fuertes a las personas y a las comunidades, mucho más que la vida muelle de la sociedad del bienestar, que tiende a crear neuróticos.

Ahora bien, si alguien tan sabio y tan acreditado como el doctor Baselga dice lo que dice

Pero no, me resulta tan repulsivo el discurso reduccionista y recortable de la dignidad, que sigo pensando lo mismo que solía.

jueves, 6 de noviembre de 2008

La encuesta más grande de la Historia

Es un poco malévolo; pero me ha hecho gracia, qué quieren que les diga...

LA O.N.U. ACABA DE FINALIZAR LA ENCUESTA MÁS GRANDE DE SU HISTORIA.

LA PREGUNTA FUE : 'POR FAVOR, DIGA HONESTAMENTE, QUÉ OPINA DE LA ESCASEZ DE ALIMENTOS EN EL RESTO DEL MUNDO'

LOS RESULTADOS NO HAN PODIDO SER MÁS DESALENTADORES. LA ENCUESTA HA SIDO UN TOTAL FRACASO:

1. LOS EUROPEOS NO ENTENDIERON QUÉ SIGNIFICABA 'ESCASEZ'.
2. LOS AFRICANOS NO SABÍAN QUÉ ERAN 'ALIMENTOS'.
3. LOS ISRAELÍES NO ENTENDIERON QUÉ QUERÍA DECIR 'POR FAVOR'.
4. LOS YANQUIS PREGUNTABAN QUÉ SIGNIFICA 'EL RESTO DEL MUNDO'.
5. LOS CHINOS Y CUBANOS PEDÍAN QUE LES EXPLICARAN QUE SIGNIFICABA 'QUÉ OPINA'.
6. Y EN EL CONGRESO ARGENTINO, COLOMBIANO, CHILENO, BOLIVIANO, PERUANO, BRASILEÑO Y VENEZOLANO... HASTA HOY SE DEBATE SOBRE QUÉ QUIERE DECIR 'HONESTAMENTE'.

Cámaras y más cámaras

Estamos vigilados, cámaras de tráfico en las calles, cámaras de vigilancia en los comercios y en los edificios públicos, y ahora cámaras en los taxis. Por si fuera poco, hay gente que pone cámaras conectadas a los ordenadores para mostrarse al mundo.

Estamos locos.

Me declaro objetor de conciencia de videovigilancia: no quiero que me graben sin mi permiso, me espíen, me vigilen. No quiero salir a la calle y que personas que no conozco vean y archiven a dónde voy, en qué sitios entro o de qué sitios salgo, cómo voy vestido o si me hurgo la nariz.

Por lo pronto voy a empezar con los taxis; no cojo muchos, pero sí alguno de vez en cuando. A partir de ahora preguntaré primero si lleva cámara, y si se da el caso, buscaré otro.

¿Cámaras? No gracias.