El fiscal coordinador de incendios de mi provincia propuso ayer -por lo visto- la instalación de sistemas de teledetección, como cámaras o infrarrojos, en espacios naturales protegidos o terrenos de especial interés especulativo, para identificar así a los pirómanos.
Ya tenemos cámaras en las oficinas bancarias, en los aparcamientos, en calles del centro de las ciudades, en edificios públicos, en fincas urbanas, en carreteras, en el salón de casa... Ahora también van a ponerlas en los bosques, de forma que no puedas hacer un pis detrás de unos matojos con la imprescindible intimidad del caso.
Claro que todo esto es para trincar al infractor; pero ¿no nos estaremos pasando?
Habrá que volver a leer a Orwell.
Y tanto. Por un lado es la cultura del parche: haz lo que quieras y luego parcheamos las grietas. Por otro, el pan y circo. Son mejores los muros, por lo menos los ves y acaban ahogándote.
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