Con razón se lamentan de que Pinochet haya escapado a la justicia humana; aunque quizá se lamentarían menos si creyeran en la Justicia divina, que además de ser la única verdaderamente JUSTA, es la única a la que nadie escapa, por lo que debiéramos aprender a temerla, en el sentido teológico del timor Domini.
En cualquier caso, y al margen de lo que dicte el pomposo Tribunal de la Historia -nada desdeñable por cuanto sus sentencias afectan a nuestro presente y futuro-, aún estamos a tiempo de impedir que se nos escape lo mismo el Comandante Castro.
Aunque no se qué me dice que con el camarada Fidel no va a haber tanto interés... ni tantas lamentaciones cuando muera impune.
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