sábado, 29 de septiembre de 2007

El violador y el terrorista

Caso práctico A: violador cumple condena y sale de la cárcel; a efectos de nuestra doctrina penal es un hombre libre amparado por la presunción de inocencia. Se va a casa de unos parientes en cierto pueblo -a mil kilómetros de su anterior residencia y muy cercano a mi ciudad de acogida, dicho sea de paso-, un periódico de aquí lo investiga, lo localiza y vende la noticia durante días en portada y a cinco columnas. Alarma social, rechazo y, supongo, mudanza del susodicho ante la presión periodística y vecinal.

Caso práctico B: terrorista cumple condena y sale de la cárcel; a efectos de nuestra doctrina penal es un hombre libre amparado por la presunción de inocencia. Se va a su pueblo e instala un comercio justo debajo de la vivienda de los parientes de una de sus víctimas. La familia del asesinado protesta, unos medios de comunicación de allí también, otros no, los vecinos
callan, el susodicho sigue allí.

El violador no está reinsertado y existe alto riesgo de que reincida; el terrorista tampoco está reinsertado y también existe alto riesgo de reincidencia; pero esto no permite tratarlos como culpables, a ninguno de los dos.

Sarkozy ha planteado la castración química para los violadores; pero nadie ha propuesto la mutilación para los terroristas. ¿Quizá porque uno es un enfermo y el otro un criminal?

Bonito debate.

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