Leo una entrevista al director del Instituto de Salud Carlos III -algo así como el centro estatal de referencia-, dentro de la campaña del gobierno para vender la nueva Ley de Investigación Biomédica. Transcribo alguna perlas:
"La ética no es patrimonio de una determinada confesión o creencia religiosa, sino del ser humano. Y el ser humano tiende a ser bueno por naturaleza, a comportarse de manera adecuada".
"Los preembriones de hasta catorce días de desarrollo, que son los con que se permite trabajar, son sólo masas de células".
"La clonación terapéutica no crea un embrión porque no hay un óvulo y un espermatozoide".
La definición de ética y el buenismo rusoniano de la naturaleza humana se descalifican por sí mismos.
Los embriones son embriones desde la concepción; lo de los catorce días es un cuento chino.
Los embriones son embriones con independencia de cómo se hayan obtenido: ¿qué pasa si una "masa de células" crece y se desarrolla? ¿se convierte en un "producto" como los de "La Isla"?
Como científico -en el sentido técnico- no sé si será muy competente; pero como director es un charlatán vendedor de elixires, y como epistemólogo es una cacatúa resfriada.
Por cierto, también dice qe la Iglesia consideró en su momento horrible la práctica de los trasplantes de órganos: ¿alguien sabe cómo, cuándo, dónde...?
No hay comentarios:
Publicar un comentario