No, no es inflación de derechas, sino de derechos.
Oído ayer, en el telediario de la noche: "Los tartamudos reclaman su derecho a ser escuchados".
Vaya por delante que no tengo nada contra los tartamudos, faltaría más. Pero eso de que los demás tengamos la obligación de escucharlos, eso me parece excesivo, sean tartamudos o elocuentísimos.
La tontería tiende a derramarse; y cuidado, porque todo derecho lleva su obligación como contrapartida, de forma que los derechos de unos nos salpican a todos.
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