Me puse algo pesimista en el post anterior, y los comentarios han venido a elevarme la moral: buenos amigos. Además, en mi libro de cabecera actual, Joseph Pearce se pregunta: "Quizá la civilización occidental se encuentre en declive (..). Quizá el pesimismo sea la propia enfermedad que está matando al paciente. ¿Qué fue antes, el declive o el pesimismo? (...) ¿Es acaso el cinismo lo que está acabando con el alma de la civilización?".
El filsósofo E.F. Schumacher -el de Lo pequeño es hermoso- concluía que el pesismismo profético se auto-realiza: si uno cree lo peor, seguramente sucederá lo peor. La negatividad engendra negatividad. El antídoto contra la desesperación es la esperanza.
Bien!!!! así me gusta, acá hay un dicho que dice: La esperanza es lo último que se pierde...
ResponderEliminarsalu2
Gracias, aquí también decimos esto, y también que mientras hay vida hay esperanza.
ResponderEliminarHay que seguir, por supuesto.
Alberto, ¡buena cintura! A eso le llamo yo rectificar el rumbo. No cejes. Deja que se desespere ellos, que tienen motivos de sobra. Nosotros a lo nuestro. Adelante con nuestra revolución.
ResponderEliminar¡Ah! y aunque a tí te haya dejado un poco solo Critilo (que ya ajustaremos cuentas con él), sigo manteniendo que cada día somos más los revolucionarios.
Un abrazo.
Jo, la que se ha armado. Vale, vale, tranquilos, que sólo ha sido medio segundo... Estoy recuperado del todo para seguir en la brecha, con todo el optimismo que que da estar de parte de la verdad y tener tan excelentes camaradas de trinchera.
ResponderEliminarCritilo es que tiene dos críos pequeños y está que no duerme...
Me parece bien que defiendas a Critilo, pero la escusa de los niños pequeños no termina de sonar del todo bien. Yo hijos pequeños, lo que se dice pequeños, tengo los cuatro, y aqui me tienes ... ¡aprovechando los ratos libres que me quedan en el campeonato de los "cinco metros llanto" para poner alguna cosa! Aunque muchas veces no sea del todo coherente. El secreto está en aplicar tres pasos:
ResponderEliminar1. Escribo lo que me salga
2. Me encomiendo a mi Angel Custodio, y
3. ¡Tachánnnn! Increible pero cierto.
¡Hasta la victoria! (de la buena, no de la de Hugo).
Un abrazo revolucionario
Esperanza y optimismo. ¿Se obtienen, y se mantienen, con lucha o exigencia en lo que creemos? Porque a veces abandonamos cuando se nos tuercen las cosas o cuando no salen como queremos o esperamos.
ResponderEliminarOk Luis, trasladaré tu observación a Critilo; aunque creo que también puede influir que con el paso a la nueva versión se haya quedado "anticuado". De hecho en Navidad quedamos en resolver eso y han pasado los días...
ResponderEliminarAdemás, debes tener en cuenta que no todo el mundo es tan fuertes como tú ;-)
En cuanto a miblog, buena pregunta la tuya. Supongo que la esperanza viene del convencimiento de que estamos del lado de la verdad y del bien, y de que el bien ya ha triunfado, aunque la batalla aún esté en pie. Por otra parte, pienso que la madurez consiste en saber que esta vida es así, con claroscuros, y ser capaces de sobreponerse a los momentos malos.
En fin, mi esperanza está donde la de San Pablo: omnia possum in eo, qui me confortat.