sábado, 30 de junio de 2007

Ciudadanía y electorado

Anteayer padecí por compromiso una afortunadamente breve perorata de la consejera de Justicia del gobierno autonómico andaluz: además de mucho "dequeísmo" y del preceptivo "todos y todas" -que abandonó a mitad de discurso, porque eso no hay quien lo sostenga mucho rato-, se referió como trescientas o cuatrocientas veces a la "ciudadanía", en su acepción, supongo, de "conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación".
Hoy, en La Gaceta, Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad de Madrid, abomina del empleo torticero de la palabra "electorado":
Hablar de electorado puede valer como metáfora, pero no se puede pretender dotar esa abstracción de inteligencia y voluntad individuales, porque estaríamos ante un abuso algo más que lingüístico. El electorado no existe; quienes sí existen son los electores. El electorado no es sino una agregación aritmética carente, por ello, de voluntad propia y cuando pretende atribuírsele una, lo que se quiere es ocultar algo. ¿Qué?
La ciuadadanía tampoco existe; existen los ciudadanos. Quizá no se quiera ocultar algo sino a alguien: a los electores, a los ciudadanos.

O quizá sí, quizá se quiere ocultar la nueva tiranía.

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