lunes, 25 de febrero de 2008

Lo sabía

Ha llegado, el momento que predije ha llegado. Hace cinco o seis años, quizá más, en una carta al director expliqué que la política de prevención del sida se entendería bien si pensáramos en una Dirección General de Tráfico que quitara los límites de velocidad siempre y cuando la gente condujera con las ruedas nuevecitas.

El ministro de sanidad de mi atribulado país lo ha puesto más fácil, al calor de las ofertas electorales: acaba de prometer bebida de calidad y condones más baratos para los jóvenes.

Eso, eso, gasolina diesel súper plus y ruedas más baratas, y a correr, chavales; da igual si el resto del coche es una porquería y si los conductores son unos irresponsables.

De momento, yo me apunto a lo de la bebida de calidad: ¡venga un Chivas Regal 24, ministro, sin hielo!

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