Creo que ya he levantado antes acta de defunción del principio de no contradicción, tan útil para no volverse locos –quizá por eso hay tanto chalado suelto-. Pero es que cada día hay entierro.
Por ejemplo, leo ayer al Cascamorras, personaje fundamental del folklore de mi tierra de acogida: “Yo, cuando quiero algo, no paro hasta conseguirlo. Pero no soy cabezota”.
Todavía hay gente que cree que no se ha conseguido aún la cuadratura del círculo.
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