Jimmy Carter, ex presidente de Estados Unidos de reconocido gafe y sobresaliente flotabilidad, acaba de expresar que, en su opinión, los ataques que está recibiendo el presidente Obama se deben a actitudes racista: “creo que una aplastante mayoría de la gran animosidad demostrada contra el presidente Barack Obama se basa en el hecho de que es un hombre negro”.
Me recuerda a la reacción de cierta fugaz Ministra de Cultura de mi atribulado país, que atribuyó las críticas a su gestión (y su cese) al hecho de ser mujer.
¿No se puede criticarla labor de gobierno de un presidente por el hecho de ser negro, como la gestión de una Ministra porque es mujer? Quizá sea Carter el que en realidad está utilizando argumentos racistas -como la Ministra, en su día, machistas-, para justificar sus errores o acallar toda oposición.
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