miércoles, 31 de octubre de 2012

Absurdo

Carta que acabo de enviar al diario IDEAL de Granada.

Señor Director:

                Leo en su periódico que Granada Laica ve un abuso el entierro católico de los inmigrantes fallecidos hace unos días intentando llegar a nuestras costas. Naturalmente, les han respondido echándoles en cara que se preocupen por el funeral más que por los muertos. Pero pienso que hay algo en su airada denuncia que añade absurdidad a la cuestión: que consideren un funeral católico algo insensato e irrespetuoso. Un funeral católico es una ceremonia honrosa, acogedora, consoladora y muy adecuada a la caducidad del hombre y el dolor de sus allegados, que atiende tanto al cuerpo como al alma del difunto, como demuestra el hecho de que se lleve siglos practicando en todo el mundo. También podría haberse celebrado una “ceremonia institucional civil” –ignoro si existe alguna aprobada por la autoridad competente-, desde luego; pero eso no quita dignidad y honor a la ceremonia religiosa.

                En suma, tengo la impresión de que el celo censor de Granada Laica va por mal camino; para construir una laicidad positiva hay que acudir a la inclusión frente a la exclusión, a la pluralidad frente a la prohibición, a la valoración antes que al desprecio. Desde luego, si fallezco en un naufragio ante una isla de la Polinesia, por ejemplo, sin posibilidad de ser identificado, consideraré un gran honor que los lugareños tengan la piedad de enterrarme de acuerdo con el rito con que entierren a sus propios muertos.

7 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con todo lo que dices excepto que no estoy seguro que me gustara ser enterrado con un ritual pagano de por medio. No es lo mismo un funeral católico que un rito polinesio (del cual no se nada).

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  2. No claro, era solo para el caso de que la única alternativa al rito polinesio fuera uno civil en que leen un artículo de la constitución y tocan el Cant dels ocells y cosas así.

    Tengo que decir en honor a la verdad, que los sacerdotes en cuestión tan solo rezaron un responso, con más buena voluntad que decoro, la verdad; pues hasta algo tan descafeinado como eso les parece aborrecible a estos laicistas, que hoy contestan por la tremenda a una carta que estos sacerdotes publicaron junto con la mía. No merece réplica, ellos mismos se descalifican.

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  3. Pues no se que decirte, Alberto. A lo mejor hasta prefiero lo del artículo de la Constitución (se que me arrepentiré por decir esto, je, je, je...) - por ejemplo aquel que dice que todos tienen derecho a la vida y tal- con el Cant dels ocells por medio. Esto por lo menos ni añade ni quita nada, pero con un rito pagano uno no sabe a lo que se expone.

    Y los pobre inmigrantes muertos ¿de donde eran?. Porque a lo mejor cabe que fueran cristianos, ¿no?.

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  4. Los inmigrantes fallecidos no pudieron ser identificados, no se sabe de dónde eran ni qué religión profesaban. Por eso fueron "despedidos" a nuestra manera, de la mejor manera posible, según nuestro modo de entender estas cosas. Ya digo que una "despedida civil" también hubiera sido posible; pero no admito que la religiosa no sea respetuosa también -para mí más-, y criticarla me parece una mezquindad.

    Y ya puestos, esa "ceremonia civil", ¿qué fundamento tiene? ¿qué nos une tanto que la justifique?

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  5. Esa última pregunta tuya me parece brillante. Porque claro, con un responso cristiano es fácil ver lo que nos une: somos todos hijos de Dios. Me temo que el ceremoniero civil se queda sin argumentos en ese punto.

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  6. Desde luego, no va a ser una Constitución a la que se puede hacer decir lo contrario de lo que dice, y que cualquiera se pasa por el forro cuando quiere.

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