miércoles, 13 de abril de 2005

Aviso para navegantes

Han resucitado las momias del desfasado, anacrónico y, por qué no decirlo, hereje espíritu del concilio, después del invierno al que se han visto abocadas por el luminoso y firme pontificado de Juan Pablo II. Los temas son ya añejos: democracia interna, papel de la mujer, opción preferencial por los pobres, libertad de opinión y de cátedra y moral sexual. Todas esas cosas dejó bien orientadas el concilio Vaticano II y bien asentadas el magisterio del Papa recién fallecido: hay más que hablar, desde luego; pero no hay nada que cambiar, es lo que hay, e incluso nos va bien así, y si no, basta con echar un vistazo a las iglesias protestantes y ver cómo les va...
Siempre habrá pobres entre nosotros. ¿También pesados?

No hay comentarios:

Publicar un comentario