lunes, 18 de abril de 2005

Mala suerte

Sí, mala suerte, he leído el editorial "Las reformas que esperan sobre la mesa del próximo Papa", de El Mundo de ayer, por pura mala suerte. Dice que el nuevo pontífice debería replantearse el celibato de los sacerdotes y hacer posible el sacerdocio de las mujeres, como han aceptado otras iglesias cristianas. Así, dice, la Iglesia se acercaría al mundo en el que actúa.
¿Alguien no sabe aún que la crisis de vocaciones sacerdotales está mucho más -pero que mucho más- acentuada en esas otras iglesias cristianas que han aceptado todo tipo de rebajas en las condiciones de sus ministros? ¿Alguien no se ha enterado todavía de que eso empeora más las cosas en lugar de arreglarlas? El Mundo parece que no.
Y si la Iglesia se adapta al mundo en el que actúa en vez de proclamar la Revelación recibida ¿para qué la necesitamos? ¿Para hacer bonito?
Si el interés de El Mundo por la Iglesia es sincero, es que son tontos de remate. Si no son tontos, hay gato encerrado.
Ya es mala suerte.

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