Resulta que el hasta ayer científico puntero coreano, el gran adalid del avance de la ciencia terapéutica, el primero en clonar embriones humanos, Hwang Woo-suck, no sólo incumplía las normas de una ética de la investigación científica devaluada hasta el ridículo, sino que, además, es un tramposo.
Resulta que hasta ayer, Bernat Soria, el vendedor de humo versión carpetobetónica, se llenaba la boca de decir que Hwang era un progreso imparable de la ciencia y que él tenía no sé cuántos convenios de colaboración con la Universidad de Seúl.
Resulta que ahora BS teme que los que nos oponemos a la clonación aprovechemos este fraude -"de psiquiátrico", lo llama- para renovar nuestras advertencias.
Pues sí, renovamos nuestras advertencias. Porque lo de Hwang es sólo una broma comparado con lo que va a suceder si seguimos manipulando la vida humana sin el respeto que se le debe.
Alguien debería, además, poner al descubierto los pufos de BS. Hwang, por lo menos, ya ha dimitido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario