martes, 27 de diciembre de 2005

Dialogar con fundamento

Siempre he pensado que para dialogar era necesario -además de, al menos, dos- un punto de partida lo suficientemente sólido como para poder identificar mínimamente al otro.

Como, sin embargo, hoy se quiere imponer que para dialogar hay que alcanzar previamente el nirvana, me consuela oír cosas como las que acaba de decir Norbert Lammert, presidente del Bundestag alemán, en una entrevista al Frankfurter Allgemeine Zeitung: "todos los niños deberían aprender a rezar en la escuela".


Según el nuevo presidente de la Cámara Baja alemana, no hay convivencia en armonía si cada cual diluye su identidad en un pensamiento políticamente correcto, supuestamente aceptable por todos. "El restablecimiento de las convicciones fundamentales es una base imprescindible para el diálogo (entre personas de) distintas culturas", dice.

Y dice bien.

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