Los corifeos de la eutanasia "voluntaria" parecen vivir en otro mundo: o son unos lunáticos o son unos malvados. Lo digo por muchos motivos; pero sólo voy a referir dos, de bulto:
1. La cochina realidad es que donde se ha legalizado la eutanasia voluntaria con todo tipo de controles, la mayoría de los eutanasiados no la habían pedido y los controles no han servido para nada -por no hablar del hospital de Leganés-.
2. La legalización de la eutanasia provoca el desistimiento social en la lucha por la vida y la culpabilización del que se resista a pedirla. Esto es tan así, que sólo la permitiría para un caso: el de Salvador Pániker, que por ahora sólo alimenta su ego (¿lunático?, ¿malvado?) con la muerte de otros: a ver cuando predica con el ejemplo.
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