Es decir, más de lo mismo, juego de políticos, para repartir elogios o culpas.
Yo propongo la siguiente explicación: la culpa de la alta abstención es de los andaluces, que sencillamente no ven la necesidad de esta reforma y la consideran algo ajeno a sus intereses y como asunto en el que se entretienen sus representantes. La culpa del no tan elevado entre los presuntos votantes de la oposición (40%) es de esos presuntos votantes de la oposición, que no están de acuerdo con la reforma digan lo que digan sus representantes electos, porque son votantes sin más, no votantes de partido.
Convendría comenzar a tomar medidas concretas para frenar la partitocracia y restaurar la democracia. Podríamos empezar por exigir a los políticos que dejen de considerarse depositarios de nuestras almas y se sientan simples asalariados del pueblo soberano.
Ya comentamos hace unos meses lo de este Estatuto. ¿Qué esperaban, que les hiciéramos palmas? Ni es oportuno, ni es necesario, y es un pestiñazo de mucho cuidado con un 40 por ciento de palabrería inútil.
ResponderEliminarMucho es que hayan votado uno de cada tres.
Vivimos en la sociedad del derroche y del consumismo, eso se nota hasta en la diarrea legislativa.
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