jueves, 28 de mayo de 2009

Absurdo nº 1

Veo en no sé qué revista del corazón un reportaje sobre la Primera Comunión de no sé qué hija de famosos; las caras de la niña y de su hermana aparecen convenientemente pixeladas para que no se las distinga.

En ese momento pienso que la protección de la infancia está rebasando la frontera del ridículo: un reportaje sobre una niña y la pobre criatura parece el Hombre Elefante.

Pero luego entreveo el motivo, medio oculto, ahí, en un destacado esquinado: la susodicha Comunión es ocasión de que sus padres, al parecer mal avenidos, se reencuentren por unas horas.

¿No es bonito?

O bochornoso, y por eso las abochornadas hijas cubren su bochorno con un piados y tupido velo de píxeles.

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