La que se ha liao con el jueguecito de subastas de mocitas en una disco light de mi ciudad de acogida; todas las instituciones, los talleres, los responsables públicos, los comisariados varios de la corrección política poniendo el grito en el cielo (perdón, en la atmósfera).
Dinero de monopoly, dejarse ver, miraditas en un palco y limonada. Pues vaya, al lado de esto lo de la botella en los descampados y playas de mis tiempos mozos -tiempos de nacional-catolicismo y tal- era Abhu Graib.
¿Se imaginan que lo llega a denunciar un obispo o unas piadosas señoras catequistas?
Esto de las tiranías es lo que tiene, que son como las siete y media, que pierdes si mal tasas; pero si te pasas, ¡ay si te pasas!, si te pasas es peor.
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