No debería extrañarme, es práctica inveterada esa del globo sonda: un gobernante lanza una idea y, según sea la reacción de la opinión pública, la lleva adelante o retrocede con alguna de las muchas excusas del manual (se ha malinterpretado, no es el momento oportuno, sólo está en estudio, etc.).
Pero con la que está cayendo, estos juegos de artificio empiezan a desanimar al personal, y puede que a enfadarlo de verdad.
Se trata de que después de muchos “donde dije digo, digo Diego” y de varios planes con decenas de medidas para salir de la crisis, el Gobierno de mi atribulado país aún saca conejos de la chistera: imaginación no le falta, desde luego.
Ayer, el Presidente del Gobierno sale con que va a prohibir a los ayuntamientos pedir más créditos. Constatado el susto de tanto municipio al borde de la quiebra, hoy sale con que no, que la prohibición no será hasta el año que viene. La pobre Ministra de Economía ya no se quita el traje de bombero y tira de manual: “Ha sido un error sin importancia”, una errata del BOE, como hay tantas…
Que conste que yo no he votado a esta gente, las cuentas al maestro armero.
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