El diario El País defiende el derecho a la objeción de conciencia de los funcionarios para no asistir a las procesiones tradicionales y niega el de esos mismos funcionarios para no casar a personas del mismo sexo.
Lagarto, lagarto. ¿No es eso doble rasero, dos varas de medir, según a qué se objete?
No hay comentarios:
Publicar un comentario