Todos a ladrar el insulto de moda: ¡anticonstitucional!, porque a alguien se le ha ocurrido desempolvar la objeción de conciencia para no casar a personas del mismo sexo. Un día López Garrido (ahora en el PSOE) -al que yo tenía por más intelgente-, otro Gaspar Llamazares (Partido COMUNISTA, a estas alturas), y así otros popes dispensadores de carnet de limpieza democrática.
Pues vaya, uno que tiene hecha la carrera de Derecho por dos universidades pensaba que la objeción de conciencia venía recogida en la Constitución, en la española (art. 16,1) y en la europea, y que lo inconstitucional es el matrimonio entre personas del mismo sexo ("El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica" -art. 32,1-), como lo es el aborto ("Todos tienen derecho a la vida"... -art. 15
¡Pero de qué me sorprendo! La interpretación de la Constitución tiene sus ungidos, magos de las palabras, recreadores de la de la creación; y yo sólo soy un bilicenciado en Derecho... ¡y anticonstitucional!
Vaya, gracias de nuevo; pero ahora cómo hago para estar a la altura de las expectativas...
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