Ahora va a resultar que no estoy de acuerdo con los obispos (ni con algunos católicos, dicho sea de paso)... Sucede que a mí no me parece que las bodas entre personas del mismo sexo (homosexuales o no) sean un ataque a la Iglesia católica.
Me parecen un ataque a la inteligencia, a la razón, a la dignidad humana, a la familia, a la justicia, al bien común (incluido el de los homosexuales), a la naturaleza, al sentido común, a la ética y a la estética, al buen gusto y a muchas cosas más.
Pero no a la Iglesia católica.
Si yo tuviera que objetar, lo haría por mis convicciones cívicas, no por mis convicciones religiosas.
Así es como yo lo veo.
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