Vociferan los sectarios contra lo que llaman "nuestro fanatismo", porque los siglos pasan y la Fe católica permanece inmutable.
En cambio, el fanatismo de los sectarios -porque no guarda relación con la verdad- cambia en cada tiempo de vestidura, alzando contra la Santa Iglesia el espantajo de meras palabras, vacías de contenido por sus hechos: "libertad", que encadena; "progreso", que devuelve a la selva; "ciencia", que esconde ignorancia... Siempre un pabellón que encubre vieja mercancía averiada.
San Josemaría Escrivá, Surco n. 933.
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