Los adultos suelen suicidarse por problemas económicos, lo que desenmascara el lado cruel del materialismo.
Pero los adolescentes se suicidan porque en un país de hijo único, los niños son tratados y consentidos como príncipes en sus casas, y cuando abandonan el nido se dan cuenta de que la vida tiene dificultades, tienen que enfrentarse a la frustración, descubren que son muy frágiles y no pueden soportarlo.
Un aviso para navegantes (fluviales).
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