Cada vez me parece mayor el abismo entre los políticos y los ciudadanos de a pie. En España se ha desatado el furor entre los primeros por modificar los estatutos de autonomía de las comunidades autónomas, cuando casi nadie de sus votantes tenía ningún interés particular en eso. Son juegos de mesa de partidos políticos que los utilizan para pelearse entre ellos, con el inconveniente de que al final no quedan guardados en una caja, sino que nos afectan a todos.
Ya se aprobó en referéndum la modificación del catalán, con el voto de menos de la mitad de los votantes potenciales, a pesar de la tabarra que nos han dado los medios de comunicación.
Ahora viene el referéndum del andaluz, y claro, el presidente de la comunidad reconoce, quizá sin darse mucha cuenta de lo que dice, que "el objetivo ahora es movilizar a la gente para el referéndum".
Porque, claro, después de hacer una reforma que no interesa a nadie, es previsible que a nadie le interese ir a votar.
Apuesto a que no ponen el referéndum un domingo de sol, sin más acompañamiento.
Y yo apuesto a que sea cual sea el resultado se tratará de "una victoria de la democracia en la que todos habrán ganado" ... menos, claro, los ciudadanos de a pie, los cuales estaremos pensando una vez más que nos han vuelto a "vender una burra coja".
ResponderEliminarSaludos
Por supuesto, forma parte del montaje, hemos creado un sistema que funciona autónomamente, ajeno a nuestra voluntad y necesidades, que encima vive a nuestra costa y dice proceder de nuestra soberanía, aprovechando que somos incapaces de rebelarnos.
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