Un editorial del día 8 de mi diario de referencia, "Cambio sexual y rigor legal", comenta la aprobación de la "Ley reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas" -que permite, en definitiva, cambiar de sexo en el registro civil sin operación médica previa- lamentando que no haya un mayor contrl para evitar posibles fraudes.
No puedo dejar de sorprenderme de que a estas alturas se sigan justificando determinadas leyes con la excusa de rigurosos límites y controles. Por supuesto que debería existir ese mayor rigor en el caso de la como muy bien apunta su periódico; pero ¿de qué serviría pedir informes médicos y psicológicos y otras medidas de control sin una voluntad política de aplicarlas?
Para lo mismo que los informes médicos y psicológicos y demás controles del caso, por ejemplo, del aborto por riesgo para la salud de la madre, responsable del noventa y pico por ciento de los 85.000 abortos del año pasado.
Para nada.
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