Figurada y familiar, la humildad falsa y afectada.
Se trata de una pose frecuente y mentirosa hasta la náusea y que pienso denunciar en cuanto la pesque. Hace unas semanas, el ínclito Fraga Iribarne se despedía de su penúltima poltrona pidiendo perdón por no haber sabido hacerlo mejor: "todos cometemos errores", dijo.
¿Todos? Si quiere hacer un ejercicio de humildad, ¿por qué nos mete a los demás en el saco?, ¿por qué no dice "he cometido errores", en lugar de esconderse detrás del género humano?
Humildad de garabato.
Hace dos días, y lo digo a mi pesar, pues soy del Aleti hasta las cachas y por ahora no tengo más que admiración por nuestro nuevo entrenador, Pepe Murcia dijo, ante el próximo partido de liga, que "el Barça está hoy muy por encima del resto de equipos".
Vale, bien, cierto; pero ¿por qué no admitir, sencillamente, que está muy por encima de nuestro equipo?, ¿por qué esconderse detrás de toda la liga profesional de fútbol?
Pienso apoyar a muerte al Aleti y sueño con un milagro bien gordo, como un hat-trick de Torres en el Camp Nou; pero el Barça, hoy, está muy por encima de nosotros, y si nos gana sin Xavi, Etoo y Ronaldinho, MUY, MUY por encima.
Nada de humildad de garabato.
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