El ministro de Justicia de mi atribulado país, Mariano Fernández Bermejo, se ha apresurado a intervenir en el asunto del procesamiento de varios políticos por reunirse con terroristas para comparar estas reuniones con la actitud de quien se encuentra con alguien borracho por la calle y lo lleva a un hospital.
Es el comentario que se le ocurre ante una decisión judicial, y no es un hooligan del partido (¿o sí?), ¡es el ministro de Justicia!
¿Comprenden ustedes ahora por qué mi atribulado país es un país atribulado?
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