Los mártires murieron sin oponer resistencia, perdonando, por dar testimonio de su fe. Los asesinaron cobardemente, y en muchos casos bárbaramente, por odio a la Religión.
Al martirio siempre ha acompañado la ignominia, y la fecundidad de nuevos cristianos.
La tirria de ahora, de algunos, ¿les retrata? ¿Se sienten señalados como asesinos? ¿Lamentan no haber estado entonces para asesinarlos? ¿Les fastidia no haber borrado la fe de la faz de la Tierra?
Lo parece.
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